Bajo la lupa de Davide: Modelos especiales de Fiat 500 - Parte 10: 500 Giardiniera Jolly

El 500 Giardiniera Jolly, fabricado a partir de 1961, conservó la mecánica con el clásico motor bicilíndrico horizontal refrigerado por aire del Giardiniera sin cambios. Aunque este modelo más largo no aumentó la capacidad de carga en términos de pasajeros, el pequeño "compartimento" plano detrás del asiento trasero resultó muy útil para transportar equipo de buceo, cañas de pescar, accesorios de playa de todo tipo y, por qué no, bolsas de compras para un posible picnic.

Debido a que la sencillez está en la naturaleza del 500, y casi al final del programa de simplificación de Fiat, que preveía solo accesorios útiles, el 500 Giardiniera Jolly nació sin adornos de metal brillante e incluso conservó los parachoques estándar, que, por cierto, se adaptaban mejor a las líneas angulares del automóvil. Permanecieron, por supuesto, los asientos de mimbre, los tubos protectores cromados y los vivos colores pastel que habían distinguido a la familia Jolly desde el principio: azul océano, verde aguamarina, rojo coral, blanco, amarillo sol o cualquier otro a elección del cliente.

El color de la carrocería se repetía generalmente en el tablero de instrumentos, el volante, los botones y las molduras de color del techo de tela, que se ofrecía como equipo opcional a un precio de 15,000 liras.
Dado que el 500 no era solo un medio de transporte, sino también un instrumento de seducción colectiva, inevitablemente tenía que captar el interés de los grandes carroceros italianos. Entre ellos se encontraba Ghia, uno de los fabricantes más avanzados de las llamadas "Spiaggine", compradas por personas adineradas, actores e incluso miembros de familias reales.